viernes, 2 de diciembre de 2011

Se van haciendo mayores...

No soy una mamá de las que van al parque a hablar con otras mamás, yo cuando voy al parque con los peques, me meto dentro, juego con ellos, hago flanes de arena, les empujo en el columpio, les acompaño en el tobogán, si alguna manita reclama la mía para tirarse porque tiene un poco de miedo, ahí estoy yo. Además cuido de que no se empujen, ni empujen a otros niños, que no suban demasiado alto y, si es así, ayudarles a bajar; respetando siempre el que lo intenten  ellos solitos, pero teniendo la confianza de que si falla algo mami está ahí para evitar la caída, o para recogerlos del suelo. Además no sé si sabéis que los besos de las mamás son mágicos, y curan cualquier herida, física o psíquica.

También, y tengo que decirlo, para evitar algún o otro encontronazo con otros niños, en ambos sentidos claro. Lo que me lleva a, además de los míos, ayudar o echar una manita algún que otro niño cuyos papis están más alejados.

Hay muchas más maneras de actuar, se podría escribir un libro de modos de comportamiento de papás  en el parque: los que pasan del niño y van allí a hablar con otros papás, el que no deja al niño ni a sol ni a sombra, la madre protectora y no digo nada cuando son los abuelos....

En fin, el tema viene porque ayer estuvimos en unos columpios, y mientras Pedro terminaba de comprar unas cosillas, yo me quedé allí con los niños, pues bien, fue la primera vez que estuve allí y ninguno me pidió ayuda, ni para subir al tobogán, ni la mano para tirarse, pude estar sentada en el banquito, mirándolos, y los vi tan mayores y tan independientes, que me dió mucha pena y alegría a la vez. Imagino que es a esto (metafóricamente hablando) a lo que aspiramos todos los papás, niños desenvueltos, valientes, que hagan las cosas por sí mismos, que sepan que estás ahí por si ocurre algo, pero mientras no ocurra ellos corren, suben y bajan a sus anchas. Tan solo algún: "mamá mira que alto estoy"," mamá mira que deprisa bajo" y yo desde el banco: "Yago de cabeza no!!!, que luego Guille también quiere" y Yago de cabeza, claro. Pero todo fue tranquilo y perfecto y yo poco a poco veo como crecen y como se van haciendo mayores.

En fin estoy muy orgullosa de mis peques, y aunque esto quede un poco pasteloso, también estoy contenta porque viendo sus avances, creo que estamos haciendo las cosas bien.

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